En septiembre de 2013 mi hijo cumplió un año así que decidimos festejarle haciendo una fiesta. La fiesta se realizo un un parque cercano a nuestra casa. Al terminar la fiesta empezamos a limpiar y alistar todo para regresar a casa. Mi esposa y yo no teníamos automóvil, por esa razón necesitábamos quien nos llevara a casa, una pareja de la iglesia ofreció a llevar a mi esposa y a mi hijo, yo y mi hija esperaríamos a mi mama. Acompañe a mi esposa, me despedí y procedí a regresar al área de juegos donde se encontraba mi hija. Al llegar ahí me senté en una banca y espere ver a mi hija, pasaron un par de minutos y no miraba a hija, decidí investigar. Me acerque a la resbaladilla y observe de un lado a otro, no había rastro de mi hija. Empecé a llamar su nombre, y desesperado corrí hacia otra área de juegos, no la miraba. Le pedí a Dios por mi hija con la desesperación de un hombre que puede perder lo mas hermoso que tiene. Camine unos metros y observe a una niña que con desesperación buscaba y corría gritando mamá! mamá! Ella corria hacia afuera de el parque dirigiéndose hacia el área del estacionamiento donde los carros iban y venían. Llame su nombre y corrí hacia ella, la tome en mis brazos y lagrimas vinieron a mis ojos, no podía imaginar que hubiera pasado si no hubiera llegado a ella a tiempo, también era una felicidad poder tenerla en mis brazos sana y salva.
Así como yo busque a mi hija, al saberla perdida, Dios también nos busca. Grita nuestro nombre y con desesperación corre a recuperarnos. Cuando no escuchamos la voz de Dios no significa que no nos llame, solo es que tal vez corremos en sentido contrario a donde el esta.
Dios quiere tomarnos ante de que lleguemos al área mas peligrosa, voltea, lo mas seguro es que el venga corriendo a tu rescate. Recuerda que " He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo" Apocalipsis 3:20
Así como yo busque a mi hija, al saberla perdida, Dios también nos busca. Grita nuestro nombre y con desesperación corre a recuperarnos. Cuando no escuchamos la voz de Dios no significa que no nos llame, solo es que tal vez corremos en sentido contrario a donde el esta.
Dios quiere tomarnos ante de que lleguemos al área mas peligrosa, voltea, lo mas seguro es que el venga corriendo a tu rescate. Recuerda que " He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo" Apocalipsis 3:20
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