Mi Segundo Dia de Clases

 Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre,

Y no desprecies la dirección de tu madre;
 Proverbios 1:8 

Era mi segundo día de clases en mi nueva escuela y esperaba el camión escolar junto con un gran numero de estudiantes, era temprano, alrededor de las 6 de la mañana. Faltaban escasos unos minutos para que nuestra transportación llegara cuando recordé que el día anterior mi maestro de educción física había requerido que llevara zapatos deportivos o tenis para poder entrar y ser parte de su clase. Si yo volvía a casa muy probablemente no alcanzaría el camión y si no regresaba a la casa tomaba mis tenis no podría formar parte de la clase. Pensaba yo que hacer cuando mire a una mujer en una bicicleta con una bolsa en las manos y una sonrisa en los labios, era mi mamá en la bolsa estaban los tenis que yo necesitaba. Este hecho me confirmo algo, por mas pequeño que sea un detalle yo siempre podría contar con mi madre para ayudarme. No se mi mamá recuerde este evento, pero lo que si se es que yo siempre lo haré.

Hoy, como padre, yo comprendo que una acción por mas pequeña o grande que sea siempre tendrá un impacto en nuestros hijos y esta en nosotros si sera bueno o malo. Podemos enseñarle muchas cosas a nuestros hijos, pero las que siempre recordaran son aquellas que le enseñamos por medio de nuestro ejemplo. Nosotros festejamos en mayo el día de las madres y en junio el día del padre, pero para nuestros hijos todos los días son del padre y de la madre por que ellos nos dan toda su atención. Proverbios 1:8 dice "Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre,Y no desprecies la dirección de tu madre" y la dirección de mi madre me dice que ya sea llevandoles unos zapatos o estando con ellos al pie de una cama de hospital yo siempre estaré ahí para mis hijos.