Ezequiel 34:1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: !!Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños?
3 Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. 4 No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia.
El el libro de Ezequiel el Señor da una palabra dura a los "pastores" de Israelí, me puse a analizar este texto encontrado en el capitulo 34 y encontré algo desgarrador, ¡esta palabra que perfecta a los pastores de hoy en día! Hoy muchas iglesias se llaman mega iglesias, pero solo por el tamaño físico, no por sus hazañas espirituales. Los pastores de estos tiempos usan su tiempo apacentandose a si mismos y engordando, mientras dejan a las ovejas a su suerte. Los pastores de hoy en día se han olvidado se que la mies es mucha y se encierran en su oficina, ¡el verdadero trabajo esta en las calles, debajo de los puentes, en las cárceles!
Las palabras de Ezequiel fueron escritas hace 2,700 años, pero son características en los "siervos" de
Dios hoy. Los pastores tienen que entender que ellos no fueron levantados para señorear a la iglesia, si no a servirla, a cuidarla.
La frialdad, la apatía, la avaricia son características que nada se parecen a los ideales de Cristo, pero que describen de manera perfecta a muchos pastores de nuestros tiempos. Es hora de entender nuestro lugar no como dueños de la iglesia, si no como personas llamadas a ministrar al caído, encontrar al perdido, dar de comer al hambriento. Ya va siendo hora de que se levanten pastores con verdadero amor por la obra de Dios.
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